No hay dos culturas corporativas iguales, ya que cada empresa tiene su propia filosofía, así como objetivos marcados desde la base. La cultura empresarial se ha venido relacionando con beneficios fáciles e inmediatos. Los más conocidos son los códigos de vestimenta informales, las vacaciones flexibles y los pasatiempos en horas de trabajo.

Sin embargo, no conviene reducir el concepto de cultura empresarial a algo tan superficial y simbólico. Se trata de algo mucho más complejo que impacta positivamente tanto en la productividad como en los beneficios. 

¿Por qué es tan importante? ¿Cómo llega a influenciar de una forma tan determinante? Te lo explicamos en el siguiente post.

Beneficios de tener una cultura empresarial

Impulsa el compromiso y la fidelización de los equipos

La cultura empresarial ayuda a concretar metas y expectativas, potenciando el compromiso de los empleados y mejorando las relaciones interpersonales en el seno de la compañía. Generar una atmósfera positiva, basada en la confianza y el respeto, asegura enormes progresos en el largo plazo. 

No hay nada peor que trabajar sin rumbo, careciendo de la comunicación interna necesaria que ayude a transmitir una clara voluntad de escucha. Las empresas que reconocen el esfuerzo y celebran el éxito tienen más probabilidades de obtener una progresión favorable. 

Disminuye la rotación de personal

Los trabajadores que se sienten valorados no quieren cambiar de empresa por muy buenas ofertas que puedan recibir. Esto ayuda a minimizar las rotaciones internas, que normalmente suponen una inversión en tiempo y dinero. 

Las empresas que aspiren a una cultura empresarial fuerte deben tomar medidas para mantener la fidelidad de sus empleados. Promover la idea de “comunidad” contribuye a la retención del capital humano, cuyo valor añadido es incalculable. Los profesionales que son excelentes y conocen el valor de sus habilidades abandonan voluntariamente aquellos entornos en los que no se sienten valorados. 

Refuerza la identidad de marca

La cultura empresarial es el cimiento sobre el que se construye la imagen pública y la reputación de las empresas. Si estas carecen de una cultura definida, o tienen una imagen débil, los clientes podrían dudar a la hora de tomar una decisión. Por lo tanto, las corporaciones con una fuerte identidad de marca tienden a atraer a más clientes y a profesionales con valores similares a los que se respaldan desde dentro de la firma. 

Consigue incorporaciones efectivas

Las empresas con una cultura definida suelen aplicar políticas efectivas de incorporación. Las prácticas de “onboarding”, que incluyen programas de orientación, capacitación y gestión del desempeño, ayudan a los recién llegados a acceder a los recursos que necesitan y a una mejor transición en el desempeño de sus funciones.

Esto promueve la longevidad y la lealtad de la plantilla, y reduce la frustración derivada de no disponer de la información necesaria para hacer bien el trabajo. La incorporación es un excelente contexto para que las empresas se aseguren de que los nuevos empleados comprenden los valores fundamentales del negocio.

Logra un ambiente de equipo saludable

La cultura empresarial ayuda a mejorar los flujos de trabajo y facilita el proceso de toma de decisiones. Los empleados que están bien informados y conocen los procesos suelen tener mayor motivación a la hora de afrontar el día a día. En conclusión, una cultura transparente es el motor que conduce a ambientes agradables, donde cada miembro cumple con sus obligaciones sin miedo a la hora de hacer ciertas aportaciones o sugerencias.

Beneficios que se derivan del desarrollo de una cultura corporativa

Aumento de la confianza, y fomento de las relaciones interpersonales

En empresas como Google se ha desarrollado un entorno de trabajo informal, caracterizado por la confianza de los superiores hacia los profesionales contratados. Estos pueden diseñar sus propias rutinas de trabajo, generando sinergias y asociaciones de alto valor. 

Los empleados están dispuestos a hacer un esfuerzo adicional

Uno de los 6 principios de persuasión de Cialdini es el de reciprocidad. Psicológicamente, si recibimos un beneficio estaremos en deuda con el que nos lo ha facilitado. En este sentido, el trabajador estará dispuesto a dar más si siente que ha recibido las mejores condiciones. 

Mejor servicio, satisfacción y retención de clientes

Un empleado que se siente parte de un proyecto definido atenderá mejor al cliente final. Es más, si recibe la comunicación interna que necesita, dispondrá de mejor información y resolverá cualquier duda que pueda plantearse. 

Mejor desempeño y reducción del absentismo

Un empleado frustrado trabajará peor, producirá menos y generará mayores costes a la compañía. Por el contrario, un trabajador integrado, que mantiene buenas relaciones con sus superiores, potenciará al máximo sus habilidades y rendimiento general.

Este es un punto capital, ya que se reducen notablemente las bajas por depresión y las negligencias ocasionadas por el estrés. La falta de compromiso es el síntoma final derivado de una mala gestión empresarial. 

Algunos ejemplos de cultura empresarial

En Impact Hub Madrid tenemos una cultura empresarial que apuesta por la igualdad, la conciliación, la formación... ¡Ven a conocernos!

Por otro lado, en el informe Casos de Dirección y Administración de empresas con perspectiva de género realizado por el Instituto de la mujer, puedes inspirarte el la cultura que siguen algunas de las grandes empresas y que son estudiadas como casos de éxito.