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09.Abr.2019

El impacto del coworking en el futuro del trabajo

El coworking encierra muchas definiciones y, en su desarrollo y evolución, muta y se adapta a los nuevos entornos laborales y herramientas tecnológicas. Para comprender el valor esencial y proyección de este sector, debemos prestar atención a la influencia que está teniendo en los ámbitos empresarial, social y económico.
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Nuevos movimientos: ¿sigue siendo coworking?

Las reglas de juego del coworking se han ido definiendo desde 2012. Hemos asistido una evolución marcada por 6 movimientos principales:

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· Sostenibilidad: crece el número de espacios que funcionan, han conseguido generar una marca y son rentables como 'negocio'. Estamos ante un sector de actividad real, estable y con proyección. O lo que es lo mismo: el coworking no es una moda pasajera.

· Business centers: desde su aparición, se ha hecho un gran hincapié en marcar las diferencias 'esenciales' entre los espacios de coworking (orientados a la colaboración y las sinergias entre los coworkers) y los tradicionales centros de negocio (que acogen a profesionales y empresas que comparten un inmueble, sin crear por ello necesariamente una comunidad). Sin embargo, curiosamente y en una actitud de apertura hacia el cambio, los centros de negocio han virado para apuntar hacia el coworking, mostrando su voluntad de encajar en lo que parece ser el inicio de una nueva era de las relaciones laborales. Por ello, cada vez más centros de coworking los tienen en cuenta, tendiendo puentes y generando nuevas vías de colaboración; ambos movimientos empiezan a converger.

"Estamos ante un sector de actividad real, estable y con proyección. El coworking no es una moda pasajera".

· Crecimiento: son varios los centros de coworking que han experimentado un crecimiento orgánico, cuanto menos llamativo, siendo sin duda Impact Hub uno de los buques insignia del movimiento dentro y fuera de nuestro país. Pero no es el único caso. Iniciativas de distinto tamaño también han crecido, diversificando su presencia física. A través de la búsqueda de colaboraciones y socios, los gestores de espacios han podido escalar la potencia de sus centros.

· Inmobiliarias: he aquí unos actores que han irrumpido con fuerza y parecen dispuestos a jugar un importante papel en el futuro del coworking. Es una realidad: el sector inmobiliario ha detectado en el coworking un negocio interesante, demostrándolo a través de adquisiciones de espacios.

· Multinacionales: proliferan las grandes compañías que, dado su interés en renovarse en lo referente a gestión de equipos y recursos humanos, dirigen su mirada a este tipo de iniciativas por su potencial innovador.

· Concentración: notable y especialmente previsible en el caso de entidades que vienen de fuera y pueden adquirir centros de coworking en los que desarrollar un ADN único para los distintos centros al asociarse.

Todos estos movimientos funcionan como palancas en la evolución del coworking y ponen de manifiesto un cambio disruptivo. No obstante, tecnología, colaboración y propósito son las anclas necesarias para este cambio.

Es el trabajo, estúpido

Recordemos la célebre frase utilizada en la campaña electoral de Bill Clinton contra George H.W. Bush en 1992: “Es la economía, estúpido”. Cualquier iniciativa empresarial, más allá del noble fin que persiga, debe ser rentable. Y sí; la rentabilidad y la economía también son aspectos importantes para los coworkings. ¿Quién quiere entregarse a un proyecto que, además de quebrar su cabeza, quiebre su cuenta bancaria? Esto no implica que deban repetirse viejos patrones. Por otro lado, la nueva perspectiva que ha traído este modelo de negocio en lo que a relaciones laborales se refiere también puede tener un impacto en la economía y la sociedad.

Históricamente, hay otro ámbito que ha determinado cambios al menos tan notables como el económico y que está estrechamente relacionado con el coworking en su esencia: el del trabajo. Es nuestro modo de trabajar lo que tradicionalmente ha influido, de forma determinante, en nuestro estilo de vida. Por lo tanto, los cambios acaecidos en este ámbito marcan también una transformación social. Cuando cambia el trabajo, cambia nuestra vida.

"¿Tiene el coworking como movimiento una fuerza capaz de generar una transformación social? Por supuesto".

¿Tiene el coworking como movimiento una fuerza capaz de generar una transformación social? Por supuesto. ¿Y dónde versa su fuerza revolucionaria? En los valores que representa y que, usados convenientemente, constituyen verdaderas herramientas transformadoras de los procesos de trabajo: flexibilidad, diversidad, conexión y, sobre todo, experiencia colectiva.

Ante los retos que plantea el futuro del trabajo, el coworking se presenta como una nueva fórmula que puede darles respuesta. En este contexto, el manifiesto del coworking sirve de marco vivo para establecer un código de conducta para que el movimiento del coworking cumpla con su función esencial: impactar a la sociedad y transformarla.

Creando comunidad: verdad y reto

Uno de los aspectos que más se repiten asociados al coworking, por considerarse de más alto valor, es la creación de comunidad. Las oportunidades que brinda a sus miembros son muchas, pero ¿se puede propiciar su creación desde los espacios? Por supuesto que sí. La atmósfera, el diseño, el ambiente…pueden y deben estar orientados a la creación y consolidación de una comunidad. Los distintos centros de Impact Hub en Madrid, en los que se ha seguido una hoja de ruta tan innovadora como sorprendente, son un claro ejemplo de ello. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible han servido de inspiración para crear diferentes atmósferas, con imágenes y textos que retratan los valores implícitos en estos objetivos, plenamente coincidentes con los de Impact Hub como marca y con los del coworking como movimiento.

El impacto del coworking en el futuro del trabajo

No obstante, no solo el espacio es determinante para crear comunidad, sino entender su naturaleza, diferenciándola de forma tajante de la experiencia de cliente. Una experiencia compartida no generará comunidad. Es imprescindible que exista además un sentido de pertenencia al grupo y un propósito compartido. Son estas coordenadas las que los espacios de coworking deben seguir al dibujar su hoja de ruta para crear comunidad, que es una forma de generar impacto. Solo así dotarán de valor a sus marcas y serán perfectamente honestos a la hora de ofrecer ese plus al coworker y a la sociedad: un valor añadido clave si quieren representar ese nuevo paradigma inherente a su vocación. Y para que el coworking resulte ese medio de transformación masiva que está llamado a ser.

Artículo basado en la presentación realizada por Antonio González, CEO de Impact Hub Madrid, durante la Coworking Spain Conference 2018 y publicada en la revista de CoworkingSpain.

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Antonio González
Antonio González

CEO de Impact Hub Madrid, cuenta con una larga trayectoria vinculada a proyectos de innovación y transformación organizacional y social en diversos sectores (banca, telecomunicaciones, internet, salud...) en el ámbito corporativo, tercer sector y emprendimiento. Licenciado en Psicología, le apasiona el cambio y la innovación, las personas y la tecnología, conectar y apoyar a personas y proyectos con valores y vocación de impacto.

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