Es razonable pensar que, como ciudadanos, los efectos de nuestros pequeños gestos individuales para apoyar la sostenibilidad son ineficaces. Que no tienen ninguna relevancia. Pero no es así.

Los expertos están de acuerdo en que cada gesto, por mínimo que sea, cuenta. Sirviendo de inspiración para el resto de la comunidad. Para esto, para perpetuar un comportamiento responsable, alimentar nuestros hábitos sostenibles resulta fundamental.

Te contamos algunas formas de conseguirlo.  

El método Zero Waste

El método Zero Waste (residuo cero) se ha extendido con bastante rapidez a lo largo de los últimos años y parte de una forma de vida establecida por la activista Bea Johnson y su familia. Las reglas para ponerlo en práctica son sencillas. Al menos de memorizar. Con un poco de empeño, también de llevar a cabo. 

Rechazar, recapacitar, reducir, reutilizar y reciclar. 5 ‘r’ que se completan con otras 2, reparar y compostar (del inglés rot). Pueden conjugarse así: 

Rechaza

Rechaza cualquier producto que no necesites. Esto es aplicable a ropa y toda clase de artículos. Piensa, ¿de verdad necesitas una camiseta nueva? ¿Cuántas tienes ya? 

Recapacita

Recapacita sobre esto. Más allá de la cantidad de productos iguales o parecidos que tengas, échale una pensada a cuál puede ser la vida útil de una nueva incorporación. Y en su impacto sobre el medio ambiente cuando decidas desecharla. 

Reduce

Reduce tus compras. Además de rebelarte contra el consumismo, ahorrarás una cantidad de dinero que puedes invertir en fines más satisfactorios. También te sentirás más libre, con menos ataduras materiales. Compra menos, compra mejor. 

Reutiliza

Redescubre elementos que dabas por perdidos y míralos con otros ojos. Unos pantalones que ya no sirven pueden volver a la vida en forma de bolsa de tela. Con la que llevar la compra, por ejemplo; sin necesidad de bolsas de plástico. 

Recicla

Ve un paso más allá. Atrévete a construir algo nuevo a partir de las piezas de algo que ha dejado de funcionar. Por supuesto, utiliza los contenedores adecuados para cada material. Es un gesto mínimo y su importancia es enorme. 

Repara

Arregla todo aquello que pueda ser reparado. Si te colocas las gafas de la sostenibilidad, descubrirás que muchas veces la solución pasa por sustituir una pieza, no por descartar todo el conjunto. Con el añadido de ayudar al pequeño comercio especializado en esa clase de arreglos.  

Composta

Haz una pequeña investigación en internet sobre todas las alternativas que existen para reaprovechar residuos orgánicos y sorpréndete con la enorme cantidad de beneficios. Para ti y para el entorno. 

Consumo, movilidad y todo lo demás

Abrazar el método Zero Waste requiere dedicación, sí, pero no te agobies por eso. No se trata de convertirse en un esclavo de él, se trata de adoptar nuevos hábitos sostenibles o de afianzar los que ya estabas poniendo en práctica. De hacerlo lo mejor posible en la medida de las capacidades de cada uno. 

Para eso, aquí van algunas otras recomendaciones: 

—Trata de consumir de manera consciente, minimizando el desperdicio de alimentos y otros recursos. 

—Sustituye el coche por la bicicleta, el patinete eléctrico o el transporte público. Muévete a pie siempre que exista la alternativa. 

—Incluye en tu dieta más productos ecológicos, más frutas y verduras y menos carne y pescado. 

—El diseño y la calidad de un artículo no tienen por qué estar reñidos con esos hábitos sostenibles de los que hablamos. Mejor un cepillo de dientes de bambú que uno de plástico. 

—Hablando de plástico, deja de lado los plásticos de un solo uso: hay otras maneras de hacer las cosas. 

—Evangeliza al resto de personas que te rodean a través de tus acciones; juntos somos más fuertes. 

Ahora solo queda pasar a la acción e integrar estos consejos poco a poco en tu rutina diaria.