Sostenibilidad e impacto
20.Ago.2020
Derribar viejas estructuras para comenzar con nuevos principios
La imagen de una puerta que se cierra suele simbolizar otra que se abre. Estamos viviendo una década turbulenta como ninguna otra. Pero nunca ha habido mejor oportunidad que ahora para explorar nuevos métodos de construir y levantar un mañana mejor.
Esto tiene aplicación para todos los ámbitos de la vida: desde las motivaciones profesionales hasta el desarrollo de los negocios, las relaciones personales y profesionales y mucho más.
¿Por qué no derribábamos todo y empezábamos de nuevo en lugar de intentar reforzar o parchear las estructuras existentes?
Las personas con mente abierta y orientadas a las soluciones son las que Impact Hub valora por encima de todo y muchas de ellas forman parte de la red.
Impact Hub se encuentra en más de 100 ciudades de todo el mundo y apoya a más de 16.500 emprendedores sociales. Todos ellos comparten una visión sobre la generación de iniciativas con un impacto positivo sobre las personas y los lugares.
Una de estas personas es Peter Begley, que ha ocupado puestos de liderazgo de nivel superior en startups y organizaciones sin ánimo de lucro durante más de 20 años y fue parte del equipo que puso en marcha Impact Hub Boulder.
Peter Begley ha compartido con nosotros sus conclusiones en estos tiempos de cambio y renovación. Begley aplica sus conocimientos en el desarrollo de redes y el coaching para equipos para esbozar un esquema de cómo este tiempo en la historia puede servir para derribar las viejas estructuras y volver a empezar.
INDICE
Una oportunidad para derribar las viejas estructuras y volver a empezar
Durante los últimos meses, para muchos de nosotros las reuniones han estado marcadas por temas relacionados con la COVID-19. Un virus minúsculo ha causado un trastorno de grandes dimensiones. Casi todas las conversaciones de negocios y personales que puedo recordar han tratado sobre soluciones con las que lidiar el impacto material de la COVID-19 en nuestras familias, comunidades y empresas.
Durante una reunión en particular comencé a imaginarme a mis amigos y colegas de pie junto a mí en un bosque mientras una oscura tormenta se iba formando rápidamente en la distancia.
Frente a nosotros había varias estructuras que habíamos construido con amor y cuidado y que habíamos ido arreglando, modificando y reparando a lo largo de los años. Y de repente todas y cada una de ellas parecían ser peligrosamente inestables.
La violenta tormenta que se avecinaba era preocupante y aullaba con fuerza y empezó a sacudir y a hacer temblar a muchas de las estructuras. Algunos elementos y características se perdieron, mientras que otros quedaron irremediablemente destruidos.
Sorprendentemente, un gran número de las estructuras siguieron en pie, pero quizás ya no servirían para nada debido a los graves daños estructurales sufridos.
Mientras entre todos mirábamos e intentábamos dar sentido a esta fuerza destructiva y decidir qué acciones racionales llevar a cabo, un pensamiento curioso me vino a la cabeza. ¿Por qué no derribábamos todo y empezábamos de nuevo en lugar de intentar reforzar o parchear las estructuras existentes? Con todos los equipamientos desmontados y reorganizados, ¿podríamos estudiar las cosas con un pensamiento más claro, tal vez incluso con un pensamiento fresco, libre y de inspiración radical?
Podemos incorporar resiliencia, fortaleza y dinamismo en nuestras creaciones para garantizar su viabilidad futura
Me sentí alentado por este concepto de derribo según se iba desarrollando en mi cabeza. Nos pusimos todos rápidamente a trabajar y convertimos las estructuras en varias pilas organizadas de suministros. Dando un profundo y satisfactorio respiro, inspeccionamos con entusiasmo nuestro inventario y empezamos a debatir qué nuevos enfoques creativos podríamos usar para volver a crear y tener un nuevo principio. La sensación era la de un nuevo comienzo.
Fue entonces cuando noté el calor intenso a mi espalda por un incendio forestal que se iba acercando.
Cambio de la visión a la realidad mientras escribo esto y se me ponen los pelos de punta cuando pienso en las implicaciones para la vida real de un escenario de una catástrofe seguida de otra catástrofe. Y sin embargo, parece que la vida va de eso. Sí, el mundo y muchísimas comunidades y vidas individuales han cambiado permanentemente como resultado de la COVID-19. Y aún así, siempre tenemos en ciernes nuevos desafíos acercándose a nosotros.
A pesar de esta dinámica en curso, el espíritu humano es profundamente resiliente e ingenioso. Delante de nosotros tenemos muchas más tormentas e incendios. Sin embargo, podemos volver a levantarnos y seguiremos haciéndolo. Pero no reconstruyamos solamente como ya éramos antes. Estudiemos nuestros recursos y nuestras opciones.
Con seguridad y partiendo de una nueva cuenta podemos construir estructuras nuevas que no solamente sean fuertes contra las tormentas, sino que también puedan soportar el fuego y prosperar en medio de muchas otras amenazas desconocidas.
Esa es la oportunidad que tenemos delante. No solamente para ajustarnos y afrontarla, sino para derribar sin miedos, soñar y volver a empezar. Aunque siempre habrá peligros desconocidos, hay que destacar también que podemos incorporar resiliencia, fortaleza y dinamismo en nuestras creaciones para garantizar su viabilidad futura.
Tengo muchas ganas de respirar profundamente, abrir los ojos y dar un paso adelante con todos ustedes para imaginar una versión inspiradora y fresca del futuro.
*Artículo publicado en en el blog de la red Impact Hub
Peter, muy interesante lo que planteas.
Sin dar rodeos, es importante reconocer que eso que han denominado nueva normalidad, no puede ser nuevo si se mantienen viejos paradigmas.
Es momento de reinventarlo todo.
Saludos
Darius
Gracias por tu comentario, Darius. Sí, es momento de reinventar y REemprender.