Sostenibilidad e impacto
09.Jul.2019
¿Puedes usar el impacto para mejorar los resultados de tu empresa?
“Pensar en el impacto de tu negocio te lleva a hacerte preguntas que nunca antes te habías planteado. Y sus respuestas te muestran nuevas oportunidades de negocio”. Las anteriores son palabras que pronunció Sir Ronald Cohen el pasado mes de junio en un encuentro privado con 14 representantes del ecosistema empresarial español invitados por Impact Hub y el Foro Impacto. Entre los participantes en el diálogo se citaron responsables de compañías industriales, presidentes de fundaciones, altos cargos de fondos de inversión y un directivo de banca, con la inversión con impacto como protagonista. Y una idea clara, si se invierte de forma consciente el retorno se multiplica por dos: beneficio por un lado, bienestar social y medioambiental por otro.
A Ronald Cohen se le conoce como el padre de la inversión social. Nacido en Egipto en 1945, ha navegado con determinación por el océano de los fondos de capital riesgo desde los años 70 hasta que a principios de los 2000 recibió y aceptó la invitación del Gobierno británico para presidir la Social Investment Task Force (SITF). La misión con la que nació este organismo fue investigar de qué manera se podían aplicar prácticas empresariales para obtener rentabilidad financiera y social a partir de determinados tipos de inversión. Hoy en día, el autor de “On Impact: A guide to the Impact Revolution” preside a nivel mundial el GSG.
Si se invierte de forma consciente el retorno se multiplica por dos: beneficio por un lado, bienestar social y medioambiental por otro.
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Encuentros para generar ideas
Para Cohen, diálogos como el celebrado en Impact Hub sirven para compartir reflexiones sobre cómo y dónde los “negocios privados pueden invertir para conseguir un impacto positivo”. Uno de los pilares del éxito de esta nueva filosofía financiera recae en lo que definió como Impact Agenda, es decir, “traer el impacto al centro de las decisiones de inversión y encontrar la manera de medirlo para, más tarde, poder compararlo”.
En este punto, el máximo responsable del GSG recordó cómo hasta 1929, el año del primer crack bursátil, “cada compañía realizaba su informe financiero de la forma que mejor consideraba, y sin que ningún auditor lo supervisara”. Pero tras el descalabro financiero, “las prácticas cambiaron y se institucionalizaron principios contables que todas las compañías debían cumplir”. Desde su punto de vista, lo mismo ocurrirá con el impacto. De manera que las empresas podrán y deberán combinar en sus cuentas financieras capítulos dedicados a la vertiente económica junto a apartados en los que explicarán los aspectos sociales y medioambientales que emanen de su actividad. “Esto, en todo caso, aún no está cerca. Ni siquiera en el ámbito bancario, donde solo las entidades éticas trabajan en esta dirección”.
Inversión de impacto, en manos de gobiernos, consumidores y empleados
¿Y cómo se consigue que la inversión con impacto alcance este lugar preminente? “Las consecuencias para las personas y el planeta de la actividad financiera están ahí. Algo tiene que cambiar en el sistema y en la gobernanza de los negocios”, explicó Cohen, para quien las corporaciones son las primeras que tienen que preocuparse del risk return impact antes que de la rentabilidad de sus operaciones.
Gobiernos, regulación, sistemas impositivos, consumidores y empleados. Claves para lograr un cambio hacia el impacto.
Pero a continuación añadió tres agentes clave a esta ecuación. Sir Ronald Cohen destacó el papel crucial que desempeñan los gobiernos en esta transformación gracias a mecanismos a su alcance, como regulaciones que inviten a transitar el camino de la sostenibilidad y sistemas impositivos que penalicen las prácticas menos respetuosas. Además, “no hay que olvidar el poder que ostentan los consumidores conscientes, ante el que las empresas están sensibilizadas”. Es lo que el ponente denominó el consumer risk. En tercer lugar, Cohen dedicó unas palabras a la capacidad de los empleados para afinar el rumbo de las compañías para las que trabajan. “Una firma que manufactura productos y lo hace con responsabilidad atraerá más y mejor talento”.
“Si sientes el impacto en el ADN de lo que haces podrás pensar en, por ejemplo, cómo la tecnología puede ayudar al mayor número de personas en el mundo, mientras que las reflexiones habituales siempre han sido sobre cómo conseguir que paguen más por mi producto y rebajar el riesgo de mi actividad”. De vuelta a las nuevas oportunidades de negocio. “El secreto está en unir rentabilidad con impacto”, quiso resumir Cohen, con un ejemplo. “Una empresa que fabrique gafas puede decidir incorporar un dispositivo para facilitar la interpretación de textos a personas con problemas de visión y también para aquellas que, por deficiencias en su educación, no son capaces de leer”. Para Cohen, apuntar a un mercado mayor puede significar mayores beneficios. Y además, hacer el bien.
Adhesión de España al Global Steering Group
España acaba de unirse a este organismo promovido por el G8 en 2013 y al que hasta la fecha se han suscrito 22 países en total. De hecho, la visita de su máximo dirigente se debe a esta entrada. “La adhesión de España al Global Steering Group supone un avance hacia la economía de impacto, tanto a nivel nacional como global, situando a España a la vanguardia de este tipo de inversión”, señaló durante la escenificación José Luis Ruiz de Muniain, director ejecutivo de Foro Impacto, la entidad que ha liderado la entrada de España en el GSG. “La incorporación supone un éxito en sí mismo, pero también un importante hito en nuestro país, donde por primera vez los referentes del sector se han unido para generar un consenso en torno a la inversión de impacto, recogiendo una amplia diversidad de opiniones”.